martes, julio 05, 2016

Mi Escalón

Ayer intenté hacer un mosaico en el escalón de mi terraza, rescaté unos cuantos azulejos viejos que se escondían con las hojas de un otoño tempranero en el rincón del patio y uno a uno los fui lavando. Era una tarea sin sentido pero mientras cepillaba en círculos alimentando la espuma sobre la superficie azul iba restregándome también los pensamientos. Sería pretencioso hablar de métodos terapéuticos para la frustración/el abandono/la angustia (ponga el que más le convenga, o como yo haga de ellos un kit de diario), no es que esta tarea fuera trascendental, selfcouching, lifechanger; era más bien una acción/espejo casi automática de mi proceso mental.

Cuando los azulejos estuvieron apilados y relucientes a lado mío, tomé uno con cuidado, lo puse sobre el suelo y con la pala lo golpeé justo en medio. No pasó nada. Ni un rasguño. Hubo que poner todas mis fuerzas y dejar caer la orilla de la pala con la determinación de aquellos días que me tienen cansada. El azulejo saltó hacia todas partes, se deshizo en astillas y armas punzo-cortantes que bien habrían podido enterrarsele a uno en los ojos. Seguí golpeando. Era como escuchar pequeños truenos, pequeñas matanzas una tras otra bajo el sol. Acribillé violentamente cada uno de los azulejos, los rompí en cientos de pedazos relucientes que saltaban a mi cara en un intento de venganza. No desistí hasta terminar la tarea, con una mano cubriéndome el rostro abalancé la pala a los últimos pedazos y bloqueé los proyectiles.

Así han sido los últimos meses, una batalla idiota en contra de pequeñas astillas que se empeñan a enterrarse en la piel y punzarme los días. Pienso en mis muertos y sus ausencias, en mis ausencias; pienso en nuestras emociones transitorias e incongruentes, en las decisiones tercas, en los silencios. Pienso entonces en que vivir a veces es más bien un esfuerzo y en lo frustrante de los planes inconclusos, las miradas vacías, las expectativas rotas. Pienso en la interminable cantidad de veces que he escuchado "Todo va a salir bien" y he tenido que fingir una media sonrisa y asentir con la cabeza. Ha sido una batalla larga.

Bajo el sol de julio y con los ojos entrecerrados tomé cada uno de los pedazos de azulejo e intenté reconstruirlos ahora en un collage de formas y colores, me tomó toda la tarde terminar el escalón. Con la cabeza punzando, las manos astilladas, la espalda sudada, tomé el ultimo de esos pedazos mortales que quiso clavarse en mi ojo y encontré un lugar en mi escalón para él. Apenas y pude levantarme, mientras alzaba la cabeza sentí la tierra tambalearse bajo mis pies, me desvanecía. Mire mi trabajo terminado y no pude sentir nada, ninguna satisfacción. El cansancio me impide más respuestas emocionales y francamente no es tan buen trabajo.

Decidí recompensarme con una copa de vino y el resto de la tarde acostarme en el sillón. Por unas horas esa copa me convenció de que todo saldría bien y pude irme a dormir. Así como aquel escalón mi vida se reconstruye de a poco, y a momentos me convenzo de que voy saliendo, de que falta poco, de que esta batalla está por terminar.

Luego, llueve toda la noche sobre mi escalón.

lunes, agosto 11, 2014

El Trato

Todo es azul, blanco y luego moreno.
Moreno mío de largas pestañas, moreno con manos duras, tus plantas de los pies cubiertas de arena, tus ojos profundos, los dientes rotos.

La sonrisa inmensa, sincera, cálida, que deja ver los días arduos, la piel vieja, una respiración cansada.
Has trabajado sin descanso para vivir en el paraíso y tienes las cicatrices que lo cuentan. Son la evidencia de los años, de tus lineas seductoras. Dices que lo sabes hacer todo y que todo lo has hecho ya.

Moreno mío de piel cortada y profundas heridas, me sonríes con tus dientes oscuros y pones la yema de tus dedos sobre mi pierna. Quisieras ir subiendo la mano y pasarla al sexo, acariciarme toda, lo sé por tu mirada y el temblor de tus dedos bien calientes.

Moreno, no vas a hacerlo, tenemos un trato y te has anunciado hombre de palabra. Te desvivirás por un poquito más de piel y por estar más cerca, dejarás tu mirada perdida en mi perfil y te quedarás contento con la sonrisa que te regale al despedirnos.

Será nuestro secreto mientras me tengas cerquita, yo para ti sólo seré deseo y para mi tu sólo serás extraña fascinación.

viernes, marzo 01, 2013

Insecto Rapere


Tengo en la mente la imagen coagulada de una mariposa desmoronándose en mi boca.
Una mariposa negra con las puntas caoba como esas que se posan en la esquina del cuarto prediciendo las tristezas.

La boca abierta y la lengua roja de tanta sangre que borbotea en mi garganta. Me es inevitable relacionar mis hemorragias con una perdida absoluta, me brota el plasma sanguíneo al mismo tiempo que me brota la ausencia. He perdido tanta gente con los charcos ferrosos  que huyeron del cuerpo que a veces intento inútilmente contener mi sangre en la cuenca que hago juntando las manos esperando así salvarme del infortunio.

Pero esta vez he hecho de mi garganta un cuenco profundo donde descansar la sangre rebelde y carroñera, con movimientos linguales la mantengo caliente y poco a poco la mezcla oscura de mis plaquetas con los restos cadavéricos de la mariposa se resbalan de la lengua para seguir su procesión hacia mi cuello.
Las manos paralizadas a los costados, engarrotadas, inútiles extensiones de un cuerpo aferrado a su objetivo mesiánico, una especie de crucifixión metafísica.

¿Cuáles son los pecados que estoy pagando?

 Mariposa como mal agüero acariciando los interiores de mi boca, mojándose con la saliva de las palabras erradas, desintegrándose sobre mi cara abierta, herida.

Tengo en la mente la imagen acribillada de mis angustias desmembrándose en la desembocadura de mis ideas. Un desagüe asfixiado en la terquedad de retener el extravío. Un organismo suspendido, degenerativo.
Me acerco a mi misma y pongo mi mano derecha en la nuca de mi despliegue, con la izquierda sostengo su cintura y en un movimiento continuo levanto su cabeza y la recuesto sobre mi hombro hasta posar sus labios en la piel eriza. La sangre aflora violentamente y empapa mi cuerpo desnudo de su olor a hierro, me convierto en chorreante color granate que deja resbalar hasta mi sexo un ala negra desmembrada del presagio.

Poco a poco mi despliegue se endereza y me mira a los ojos, puedo ver allí mi cuerpo ensangrentado y emergiendo del color arterial mi rostro libre. Abro la boca y con la sonrisa escondida procedo a mis ejercicios linguales.  

miércoles, noviembre 07, 2012

No estás.

Existe una primera nota sobre el escritorio de mi computadora. Una primera nota que leo todos los días en cuanto mis ganas de conectarme al mundo empiezan, está allí, pequeña y centrada, vibrante:
Escribir algo solo para ti.

Lo pienso todos los días, ¿que escribirte?
Lo pienso hoy que es de madrugada y decido hacerlo.
(Las madrugadas siempre nos han sentado bien)
Escribir algo solo para ti...

Como las platicas, los comentarios aislados, las sonrisas cómplices: solo para ti.

Sobre todo las ausencias.
(Cuando haces falta)

Ahí es cuando más se acentúan las exclusividades que nos permitimos: Los momentos en que no estas. 

Pero confesemoslo, siempre es mi culpa y tu siempre lo entiendes.
(Como si siempre escribiera solo para ti)

Entonces caigo en cuenta que a veces, bueno, la verdad siempre, pero uno debe de aligerar la sentencia, escribo solo para ti sin darme cuenta. Te lo apropias, te lo apropias, te lo apropias.
(Las cosas dichas tres veces se guardan mejor)

Te lo apropias tan perfectamente que ya no le es posible a nadie más adueñarselo tan bien, tan tuyo, tan cierto.

Me atrevo a escribirte entonces varias líneas vagas, esperanzadas y tensas, pues los nervios de que sea expresamente tuyo me lleva al desafío de esperar que mis lineas sean tal como las que te apropias, dibujando entonces para ti lo que ya dibujaste antes.

Serán los trazos temblorosos de un incierto, pues escribirte solo a ti es tan simple que hacerlo a conciencia es terriblemente imposible. Absurdo y forzado. Color verde olivo. Rasposo.

Ahí esta tu ausencia y por lo tanto nuestra exclusividad:
en escribirte cuando no estás, aun sea en la memoria, 


pues cuando no estás te escribo siempre. 


martes, septiembre 04, 2012

Escribir

Escribiré de historias que nunca necesitaron que fuesen contadas, las historias que llegaron muy tarde o se quedaron en posibles. Escribiré sobre aquellos que no quieren dormir por temor a no despertar a tiempo, y sobre la incertidumbre que nos llena la traquea.

Escribiré esta vez así, por escribir. Por que un día me dijeron que escribir es un ejercicio diario, y que unas lineas en la noche antes de dormir mantienen a los astros sobre sus órbitas. Escribiré sobre mi por que no se puede escribir sobre otra cosa, por mas que huya y corra hasta la orilla contraria de mis peñascos. Y narraré sobre lo que no se dijo pero si pensamos, llenos de miedo y baba por nuestra estúpida integridad, la que luego descubrimos que nunca tuvimos.

Daré negativas a las negativas y sonreiré con quien no quiero hacerlo, para tragarme mis palabras y terminar diciendo nada en un montonal de otras palabras. Enumerare los nombres con los cuales me han llamado todos los hombres y les pondré mayor valor a los que nunca más volví a escuchar.

Escribiré de historias que siempre quise y no tuve. Como despedida al silencio, huida franca.

Moveré las piernas en el sentido que se antoje, como huida franca, desaparición sintomática.

Beberé el mar a pequeños sorbos para que no se acabe nunca pero siempre lleve su música en el estomago, y seré serena e índigo y antártica. Correré a la niebla que se posa en la nariz y no se va, así de terca y boba y encantadora, seré encantadora.

Me enamoraré mil veces y cada una de ellas caeré en aquel hoyo negro de la cama de Oliverio y me saldrán alas de los pies y aprenderé a volar pero como lo hacen los pájaros mecánicos de Piglia y no la muerte ni los pájaros de Serena. Y cuando este perdidamente fundida en los amores me arrancaré del pecho la válvula cardíaca para que de ella salgan raíces y se esconda y crezcan naranjos como el naranjo en flor de la ventana del hombre que estaba obsesionado con la mujer de su vecino. Por que quien se enamora debe enloquecerse y pegarse al pellejo, al que nos hace hablar con la muerte o con construcciones cónicas perfectas, y saborearse las penas y luego cuando ya no pueda abrir los ojos, dejarse ir al fin del mundo en una simple carcajada. Me dejaré en el fin del mundo a carcajadas, hasta que la luz me ciegue y se me ahogue la voz y amar sea lo único que tenga sentido.

Escribiré entonces de lo que fuera, como no lo hizo Bartebly, como intento Siqueiros antes de que lo atrapara la ideología,  como quiso Girondo durante sus viajes o soñó Cortazar una mañana y miraré mis años y mis vidas sobre las lluvias de verano para llevarle a Fabrizio otra historia de urbanismo y de locura, junto a la tierra surrealista que se traga mis lineas.

Azota fuerte tus aguas en mi boca, que llevaré todos los pensamientos a la orilla y no habrá tiempo que sea demasiado tarde.

viernes, agosto 10, 2012

"Entonces"


Cuando te pienso eres "entonces", historia vieja, restos viscerales de planes futuros;
ciudades inmensas y trenes y lluvia y las noches largas de búsqueda.

"Entonces" me sigo perdiendo en infinidad de notas con tu nombre a un lado, en geografías y renombramientos de antiguos pasajes, para ser de nuevo un cumulo de temblorina y nervios y "entonces"... quién sabe. Eso mismo: Quién sabe.

No tener una sola remota idea y arriesgarme.

Tanto mundo y estar atada a una poca incertidumbre que contenga al viento y a mis egocéntricos delirios, que juegue con las ultimas verdades de las sábanas de madrugada y golpetee mi orgullo, el que solo "entonces" cede a otros deseos.

Si fueras "entonces" algo así, tan presente y posible, tan incierto y vibrante, para encontrarte entre las voces roncas y tomarte de la boca y arriesgarme.

Y aunque me perdiera...
no habría nada que no diera si fueras "entonces".






jueves, mayo 31, 2012

PLAY >


Me acabo de dar cuenta con la canción que sonaba en las ultimas horas:
Te olvidaste de mi incluso antes de separarnos.
Y yo he sido tan terca esperándote.
Creándome cuentos con finales felices, bebiendome las esperanzas.
Si te dijera que no se a donde iré ahora, pero sé que no será hasta ti.
Con otra canción borraré estas líneas y como si nunca lo hubiese sabido seguiré a mi terquedad hasta otro que me olvide.
Espero que esta vez me olvide más tarde.

viernes, marzo 16, 2012

Eros y Psique

Lo he perdido.

Por eso camino todo el tiempo con la cabeza baja esperando encontrarlo un día subiendo entre mis muslos. No es que haya perdido el sexo, ese lo tengo con solo abrir las piernas; lo que he perdido y me hace falta son aquellas fantasías que mojaban hasta los labios. Que me tuvieras toda y cuando fuera, las largas madrugadas que duraban tres cogidas, varios besos y tus manos en mis pechos. He perdido las hendiduras de tu espalda.

Me hacen falta tus brazos presionando mis piernas, la fuerza de tus caderas, el rostro empoderado con el que penetrabas. Me hace falta las transiciones que tuvimos, de cogernos por placer hasta la dicotomía, la de no solo cogernos sino matarnos.

Tenerte dentro me hace falta.

Para sentirme más cuerda, como si nadar entre nuestras perversiones le diera claridad al resto de las horas. Como si gemirte me librará de las mentes tercas e incesantes, de mis tantas almas. Como si el susurro perdido entre la noche a ciegas volara mi cabeza y me envolviera en un calor intenso, violento, con olor a ti. He perdido la sensatez que venía con el instante en que te desnudaba.

La curiosidad siempre ha sido mi condena, alejándome de la deidad, hundiéndome en la carne rancia de la que salí. Vagando por los caminos del infierno entre la imposibilidad de tu sexo contra el mío, de elevarme de sobre los hombres, de vivir eternamente para eternamente revolcarme contigo. La imposibilidad que me hace buscar hasta en los últimos sucios rincones de éste mundo una oportunidad de tenerte de vuelta.

Que me cueste la piel quemada, el olor a podredumbre, el vacío de estar sola. Que me cueste todos los hombres y sus pitos y sus bocas y sus lenguas. Que me cueste la belleza, las mañanas, el sol quemante. Que me arranquen los ojos de las rojas cuencas si con ello te encuentro y me encierras, me tomas, me atraviesas.

Pero vuélvete a verme Eros,

Que me haces falta y enloquezco.

martes, enero 17, 2012

Detonaciones

Recuerdo cuando me entretejían todos con las manos sudadas, cerradas sobre si mismas.
Cuando no había necesidad de esfuerzos, de "sonrisas bonus extra", de zapatos altos. Pasaban las horas siempre acompañadas, calurosas, tempestivas y nadie volteaba a otros lados.
Todavía recuerdo entonces que me atreví a decir que sabía el secreto de la incertidumbre, de tenerlos en la mano y jugarlos a capricho. Hacerles creer cualquier cosa.

Ahora vuelven mis memorias con propósitos de sabotaje, reclamando justicia por mi lengua larga y la mirada demasiado confiada. Me alzan sobre el precipicio que grita mis inseguridades, me demandan que grite, que implore, que ceda.
Ha llegado el momento de pagarlas todas, aquí desde la alfombra, con las piernas cruzadas y temblando, esperando ese momento en que exhausta de retener las entrañas, estalle entre horas muertas y viejas canciones.

Y estallo.

Cada mínima parte de mi cuerpo queda esparcido en los papeles que relatan nuestra historia, quedan como pequeños trozos humedecidos con mi sangre. Babeantes. Purgandome de palabras vacías, de pasiones cautelosas y de aquellas prevenciones que de noche engullí.

Fue así, sentada al ras del suelo con mi cefalea en las manos que llegaron las memorias.
Recordé lo que era y ya no lo quise.

Decido quedarme ahora con mis entrañas en el suelo, la sangre salpicada, el cuerpo reventado. Deseando, deseando. Sabiendo nada y buscando todo.


viernes, septiembre 23, 2011

Conclusiones

No son las definiciones del deseo las determinantes.
¿Determinantes? Concluyentes.

No son las definiciones del deseo las concluyentes.
(Como cuando concluyes con la boca abierta)

Me parece sin embargo una mentira decirte que no tiene que ver con las insatisfacciones y apetitos, eso sí, entendamos que hablamos de los no acordados, aquellos con esas imprecisas fronteras que desdibujan incluso la intención de las palabras.

Concluyentes. Irrebatibles. Eso no tiene que ver conmigo más de lo que mi cuerpo se ha prestado a experimentar bajo tus mandos. Irrebatibles.

Nada es tan irrebatible como lo que no es posible comprobar, como tus especulaciones (las que riman con eso que concluyes) sobre la localización de cada dedo.

Supones (como todos los ingenuos) que son tuyas las imágenes en mente, los gemidos, las pasiones, las líneas. Supones y decides.

Decides los deseos tal cual hacíamos el sexo, apresuradamente y con descuido. Sin repasar aquello importante ni volver los pasos. Decides que es para ti (y sobre ti) lo que yo digo.

Y no.

Las concluyentes (y no tus conclusiones) se encuentran entre mis piernas cuando se cierran. Guardando el silencio cuarteado de las noches disimuladas. Disimulo irrebatiblemente cada definición de mis pasiones.

Sobre el cuerpo cubierto concluyo y defino.

Hay más opciones en la probabilidad de mis pretensiones que en su certeza. En la suposición cabes tú y cabe cualquiera.

miércoles, junio 29, 2011

Sumisa

Ya no ME MOJAS como antes, tan ya no me mojas que mirarte desnudo me resulta incluso grotesco e innecesario. Y sigo jadeando, más por costumbre y obediencia que por el calor de tus piernas en mis muslos tensos.

Me tomas de la cadera como trapo viejo y me penetras, ME PENETRAS sin apenas mirarme.

Lloro y TE CORRES sobre mis pezones. Te corres y no te das cuenta de que lloro.

Precipitado y quedo.

Provocatio

Ardiente

Las yemas de mis dedos sangran sobre tu rostro tieso, le responden a tus ojos-espejo/ojepse-sojo que muestran el mío ardiente.

Nos reconocemos entre la v-i-o-l-e-n-c-i-a; la de mis manos y la de tu saliva, la provocación que nos incinera. Nos conocemos a cada aferro, a cada herida, entre los aullidos rendidos sobre los brazos violáceos,

.....cuando somos los temblores de la tarde caliente y callamos.

>>>Callamos la vista, el juicio y la razón; callamos el llanto amargo, el miedo rancio, la duda perpetua.perpetua.perpetua.perpetua.perpetua.perpetua.perpetua.perpetua.perpetua.perpetua.perpetua.perpetua.perpetua.perpetua.perpetua.


Como cuando tu rostro TIESO y MUERTO, desvanecido;
le responde al mío, extendido y hosco, ARDIENTE y SECO.

Preludio

Sospecho que son tus sombras,

Y los mil silencios de tus pasos.

Sospecho que es tu ausencia,

Aquella que predice tu regreso.

Sospecho que es tu mano alzada,

Y mis errores.

Sospecho que es eso lo que me da miedo.

.

.

El preludio que me aterra.

jueves, abril 07, 2011

Escondidas

¿Dónde dejaste tus promesas "para siempre"?

Escaparon de mis manos crédulas y de tus labios abiertos.

.

.

.


Ahora sólo me pregunto las brevedades por temor a que huyan de mi mente los perpetuos.

martes, marzo 08, 2011

Horizontes del Suelo

En las noches me vuelvo de cartón, canto versos tristes a los ojos taciturnos y vuelco mis plegarias a las mutilaciones de tu cuerpo.

Me vuelvo de cartón mientras pasan las ventiscas entre las ruedas oxidadas y los sombreros rotos de nuestras luces distantes.

En las noches me vuelvo de cartón y me arrullan los aromas de libros solos y escabrosos mientras sueño con brechas más pequeñas, menos mórbidas y frías.

Me vuelvo de cartón, asomo la sucia cabeza de entre las rendijas para ver las horas desgastadas de tus manos vacías.

En las noches me vuelvo de cartón y duermo en una caja con las manos guardadas entre el sexo, los dientes de fuera, la sonrisa olvidada.

Soy yo, la mujer de cartón, viejo y rancio cartón.

lunes, febrero 28, 2011

Quisiera estar enamorada...

Esta vez,
deséame una larga noche entre brazos.
Deséame un atempo que quepa entre mis dedos.
Deséame un furtivo "te quiero", un secreto cariño.
Deséame un sueño romantico, un beso que valga.

Esta vez sí, deséame un amor rosa,
una historia empalagosa,
una cursi sonrisa.

Esta noche sí,
Deséame...

...tal vez con suerte, te desee de vuelta.

viernes, diciembre 31, 2010

Despedimos los años con aromas frescos y recuerdos vagos.
Un beso en la frente y les damos la espalda.
Despedimos los años con colores neutros y pañuelos blancos.
Una caricia en el hombro y mis nostalgias.

miércoles, diciembre 29, 2010

Fractus

Mi historia dura lo que los fractales de los "Poemas de Invierno" leídos sobre la línea costera de mi sangre.
Se contrae en los días de frio, cuando llueven hojas de oro y revuelven el cabello. Dura lo que el instante en el que lo pensamos juntos sentados sobre nuestras manos y reimos incontrolablemente.

Mis lapsos se entretejen en los tuneles olvidados del tiempo, cuando cuatro palabras STOP.
PLAY > controlan el orden RWD <<
cuatro palabras controlan FWD >>
de mis pensamientos.

Mi historia se desdobla en infinitas reproducciones de tu rostro que bosquejan sutilmente mis labios abiertos que te llaman.
Llaman y dicen tu nombre, ese que cambia constantemente.

Mi historia dura lo que aquel día en que tu y yo, quebrados, emprendimos un viaje fractal sobre la línea costera de mi sangre.

Siempre eres tú en todos.
Siempre eres tú, semigeométrico.

martes, diciembre 07, 2010

Sexual Thoughts

Cada noche sin dormir escribo tres líneas perversas y calientes. Una porque me tocas tristemente, otra porque me besas sin ninguna prisa y la ultima porque me incita tanto encierro.

Cada vez que no cierro los ojos pienso en ti, mientras me toco sutilmente bajo la ropa húmeda y ardiente.

Sí; cada noche sin dormir te escribo cosas sucias y excitantes, así, desnuda y jadeante.