viernes, septiembre 23, 2011

Conclusiones

No son las definiciones del deseo las determinantes.
¿Determinantes? Concluyentes.

No son las definiciones del deseo las concluyentes.
(Como cuando concluyes con la boca abierta)

Me parece sin embargo una mentira decirte que no tiene que ver con las insatisfacciones y apetitos, eso sí, entendamos que hablamos de los no acordados, aquellos con esas imprecisas fronteras que desdibujan incluso la intención de las palabras.

Concluyentes. Irrebatibles. Eso no tiene que ver conmigo más de lo que mi cuerpo se ha prestado a experimentar bajo tus mandos. Irrebatibles.

Nada es tan irrebatible como lo que no es posible comprobar, como tus especulaciones (las que riman con eso que concluyes) sobre la localización de cada dedo.

Supones (como todos los ingenuos) que son tuyas las imágenes en mente, los gemidos, las pasiones, las líneas. Supones y decides.

Decides los deseos tal cual hacíamos el sexo, apresuradamente y con descuido. Sin repasar aquello importante ni volver los pasos. Decides que es para ti (y sobre ti) lo que yo digo.

Y no.

Las concluyentes (y no tus conclusiones) se encuentran entre mis piernas cuando se cierran. Guardando el silencio cuarteado de las noches disimuladas. Disimulo irrebatiblemente cada definición de mis pasiones.

Sobre el cuerpo cubierto concluyo y defino.

Hay más opciones en la probabilidad de mis pretensiones que en su certeza. En la suposición cabes tú y cabe cualquiera.

miércoles, junio 29, 2011

Sumisa

Ya no ME MOJAS como antes, tan ya no me mojas que mirarte desnudo me resulta incluso grotesco e innecesario. Y sigo jadeando, más por costumbre y obediencia que por el calor de tus piernas en mis muslos tensos.

Me tomas de la cadera como trapo viejo y me penetras, ME PENETRAS sin apenas mirarme.

Lloro y TE CORRES sobre mis pezones. Te corres y no te das cuenta de que lloro.

Precipitado y quedo.

Provocatio

Ardiente

Las yemas de mis dedos sangran sobre tu rostro tieso, le responden a tus ojos-espejo/ojepse-sojo que muestran el mío ardiente.

Nos reconocemos entre la v-i-o-l-e-n-c-i-a; la de mis manos y la de tu saliva, la provocación que nos incinera. Nos conocemos a cada aferro, a cada herida, entre los aullidos rendidos sobre los brazos violáceos,

.....cuando somos los temblores de la tarde caliente y callamos.

>>>Callamos la vista, el juicio y la razón; callamos el llanto amargo, el miedo rancio, la duda perpetua.perpetua.perpetua.perpetua.perpetua.perpetua.perpetua.perpetua.perpetua.perpetua.perpetua.perpetua.perpetua.perpetua.perpetua.


Como cuando tu rostro TIESO y MUERTO, desvanecido;
le responde al mío, extendido y hosco, ARDIENTE y SECO.

Preludio

Sospecho que son tus sombras,

Y los mil silencios de tus pasos.

Sospecho que es tu ausencia,

Aquella que predice tu regreso.

Sospecho que es tu mano alzada,

Y mis errores.

Sospecho que es eso lo que me da miedo.

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El preludio que me aterra.

jueves, abril 07, 2011

Escondidas

¿Dónde dejaste tus promesas "para siempre"?

Escaparon de mis manos crédulas y de tus labios abiertos.

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Ahora sólo me pregunto las brevedades por temor a que huyan de mi mente los perpetuos.

martes, marzo 08, 2011

Horizontes del Suelo

En las noches me vuelvo de cartón, canto versos tristes a los ojos taciturnos y vuelco mis plegarias a las mutilaciones de tu cuerpo.

Me vuelvo de cartón mientras pasan las ventiscas entre las ruedas oxidadas y los sombreros rotos de nuestras luces distantes.

En las noches me vuelvo de cartón y me arrullan los aromas de libros solos y escabrosos mientras sueño con brechas más pequeñas, menos mórbidas y frías.

Me vuelvo de cartón, asomo la sucia cabeza de entre las rendijas para ver las horas desgastadas de tus manos vacías.

En las noches me vuelvo de cartón y duermo en una caja con las manos guardadas entre el sexo, los dientes de fuera, la sonrisa olvidada.

Soy yo, la mujer de cartón, viejo y rancio cartón.

lunes, febrero 28, 2011

Quisiera estar enamorada...

Esta vez,
deséame una larga noche entre brazos.
Deséame un atempo que quepa entre mis dedos.
Deséame un furtivo "te quiero", un secreto cariño.
Deséame un sueño romantico, un beso que valga.

Esta vez sí, deséame un amor rosa,
una historia empalagosa,
una cursi sonrisa.

Esta noche sí,
Deséame...

...tal vez con suerte, te desee de vuelta.