Oígame usted, bellísima no soporto su amor. Mire, observe de qué modo su amor daña y destruye, si fuera usted un poco menos bella, si tuviera un defecto en algún sitio, un dedo mutilado y evidente, alguna cosa ríspida en la voz... yo podría tolerarla.
Pero su cruel belleza es implacable, no hay un fronda de reposo para su hiriente luz de estrella en permanente fuga. Y desespera comprender que aún la mutilación la haría más bella como a ciertas estatuas.
E.Lizalde.
No, no podemos, aún cuando queremos mucho... ¿pero que no dijo Bequer, "mientras haya una mujer hermosa, habrá poesía"? diablos, la culpa es nuestra o suya
4 comentarios:
Oígame usted, bellísima
no soporto su amor.
Mire, observe de qué modo
su amor daña y destruye,
si fuera usted un poco menos bella,
si tuviera un defecto en algún sitio,
un dedo mutilado y evidente,
alguna cosa ríspida en la voz...
yo podría tolerarla.
Pero su cruel belleza es implacable,
no hay un fronda de reposo
para su hiriente luz
de estrella en permanente fuga.
Y desespera comprender
que aún la mutilación la haría más bella
como a ciertas estatuas.
E.Lizalde.
No, no podemos, aún cuando queremos mucho... ¿pero que no dijo Bequer, "mientras haya una mujer hermosa, habrá poesía"?
diablos, la culpa es nuestra o suya
Y tu blog está esperando a que despiertes totalmente para que lo alimentes d palabras...
Sin lugar a dudas, la mujer es lo mejor que le pudo suceder a la creación.
sip, ni que lo digas...
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