Me vi, en un torbellino de ti, y como si eso no fuera suficiente me bebi en el silencio impávido de tus pestañas; para perderme incontrolablemente sobre las mareas de nuestras pasiones, y así, soñarte; así, tenerte, así... comerte irremediablemente en el cuadro que crea tus manos sobre tu cabeza, recostado sobre la nebulosa de nicotina que acaricia tu boca.
Y sos para mi el ardor de mis labios, el entumir de mis manos, el calor de mi cuerpo, el fluir; el fluir incontrolable de mi sangre.
Me vi, sostenida entre las cuerdas que lentamente dotan al ambiente de tu escencia, para sumerjirte entre fractales y bailarte las más intrepidas visiones, y decirte, decirte entre suspiros que te enredas lentamente en mis amores, dejandome asi, pausada, tendida, esperandote mi vida.